La gerente de estudios de la Cámara Nacional de Comercio analiza el estado actual del sector, los cambios en los hábitos de consumo, la irrupción de la transformación digital y los principales retos que enfrenta el comercio formal en Chile.
Con más de una década en la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Bernardita Silva ha sido testigo directo de los profundos cambios que ha vivido el sector. Ingeniera comercial de profesión y economista, no solo por formación sino que también por vocación, ha liderado múltiples investigaciones que retratan el pulso del comercio en Chile, desde las variaciones del consumo hasta el impacto de las transformaciones tecnológicas. En esta conversación, analiza la recuperación del rubro tras años complejos, los nuevos hábitos de los consumidores y los desafíos que marcarán el futuro del comercio formal.
“Podríamos decir que el comercio está en una situación más estable”, señala Silva. “Venimos de años muy complejos, pero el sector ha logrado repuntar, especialmente desde 2024, con un crecimiento sostenido y una fuerte incidencia en los indicadores mensuales de actividad económica”. Este repunte, agrega, ha sido impulsado por la llegada de turistas argentinos, el aumento de la masa salarial y una leve mejora en las condiciones crediticias. Sin embargo, advierte que persisten brechas significativas entre las grandes y pequeñas empresas, además de un mercado laboral todavía frágil.
El comercio chileno, además, ha experimentado un cambio profundo en los hábitos de consumo. Los compradores son hoy más exigentes, informados y conscientes. Buscan rapidez, conveniencia, buenas experiencias y una atención eficiente tanto en tiendas físicas como en canales digitales. Según cifras de la CNC, el 12% de las ventas del retail se realiza actualmente online, y en los grandes actores ese porcentaje asciende al 20%. “El canal físico sigue siendo importante, pero el consumidor espera una experiencia de compra satisfactoria y sin fricciones en ambos espacios”, comenta Silva. A esto se suma un fenómeno creciente: el auge de las plataformas internacionales como Shein, AliExpress y Temu, que ya concentran más del 60% de las compras online que los chilenos realizan fuera del país.
Seguridad, digitilización y formalización: las tareas pendiendes
Consultada por las principales preocupaciones del sector, Silva no duda: la seguridad encabeza la lista. De acuerdo con la última encuesta de victimización de la CNC, un 64% de los locales comerciales fue víctima de algún delito durante el primer semestre de este año. “El llamado es a denunciar y fortalecer las medidas de control contra el comercio ilícito, el contrabando y el comercio ambulante”, advierte. A esto se suma, dado el contexto de las elecciones, un entorno económico marcado por la incertidumbre.
Otro gran desafío es la digitalización, que avanza con fuerza, pero de manera desigual. “Vimos una fuerte adopción tecnológica tras la pandemia, pero hoy se evidencian brechas enormes entre las grandes compañías y las pymes”, explica. Mientras los grandes del retail continúan innovando en e-commerce, logística y omnicanalidad, muchos pequeños negocios aún carecen de financiamiento, capacitación o soporte para incorporar herramientas digitales. “Necesitamos políticas públicas que combinen financiamiento y programas de capacitación digital. No basta con entregar herramientas si no se enseña a utilizarlas”, enfatiza.
Desde la CNC, Silva comenta que se han impulsado propuestas concretas para promover la formalización y fortalecer la competitividad. Entre ellas, destaca la creación de una ventanilla única digital que simplifique los trámites para pequeñas empresas, contratos laborales más flexibles y estímulos tributarios para quienes contraten formalmente a mujeres y jóvenes. “Si a las pequeñas empresas les va bien, todos crecemos. Pero para eso necesitamos facilitar la formalización y reducir los costos de contratar”, sostiene.
De cara al futuro, Silva hace un llamado a los empresarios y trabajadores del sector a mirar hacia adelante con decisión. “Hay que apostar por la formalidad, capacitarse y subirse al carro de la tecnología. El que no se adapta se queda atrás”, afirma. Además, resalta la importancia de crear redes de colaboración entre grandes y pequeños actores del comercio: “Lo otro importante es unirse a que las grandes empresas junto con las pequeñas creen cadenas de valor beneficiosas y se apoyen unas a otras”.
En tiempos en que el país busca consolidar su recuperación económica, la visión de Bernardita Silva combina realismo y optimismo. El comercio chileno, dice, se ha estabilizado, pero su crecimiento futuro dependerá de la capacidad del sector para enfrentar con decisión tres desafíos centrales: la seguridad, la digitalización y la formalidad. Solo así —con innovación, colaboración y reglas claras— podrá sostenerse el impulso que hoy comienza a recuperar.
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