El exitoso empresario detrás de Catrón Huaso, emblemática sastrería de trajes de huaso, comparte su visión sobre los retos que enfrenta el comercio chileno y cómo el trabajo gremial es clave para defender y promover los intereses comerciales.
Son las diez de la mañana del sábado 7 de septiembre. Una larga fila de personas se extiende por la calle San Diego, casi llegando a la esquina con Irarrázabal. Padres e hijos, abuelos y nietos, todos esperan su turno para entrar a Catrón Huaso, la icónica sastrería donde se confecciona el auténtico traje de huaso desde 1941.
Catrón Huaso: tradición chilena y familiar
La historia de Catrón Huaso parte en 1926, cuando el padre de Manuel Catrón llega desde Asturias a Chile. Luego de varios años en la quinta región, en 1941 adquirió el derecho de llaves del local que ahora atienden su hijo y sus nietos. “Es en el año 1964 que él me hizo socio del negocio familiar, yo tenía entonces 23 años. Estuvimos siendo socios durante muchos años, hasta que él se retiró de los negocios y me quedé solo con la empresa”, contó Manuel.
En un comienzo el negocio se llamaba “Sastrería Olímpico” y el trabajo que se realizaba ahí no se relacionaba con la vestimenta del huaso chileno. Así se mantuvo durante varios años hasta la década de los ochenta, cuando Manuel comenzó a participar en un taller de folclore chileno, razón por la cual se vió en la necesidad de adquirir un traje de huaso. “Me mandé a hacer una tenida de huaso, con la que no quedé muy conforme, además que consideré que era bastante cara. Entonces como teníamos sastrería, empezamos a hacer prueba y error hasta que resultó una cosa relativamente aceptable”, comentó.
No pasó mucho tiempo hasta que todos los compañeros del taller de folclore comenzaran a pedirle a Manuel trajes para ellos mismos. Fue en ese momento en que se dio cuenta de que existía una necesidad insatisfecha. “Tuvieron un éxito prácticamente inmediato, casi explosivo. Al hacer la chaqueta de confección, logramos bajar costos y ponernos a un nivel de precio que permitía que personas que antes no querían hacer un gasto muy grande en el vestuario chileno, lo pudieran empezar a hacer ahora”, explicó.
Actualmente, Catrón Huaso es una tienda de culto conocida a lo largo de todo el país, que recibe incluso pedidos desde el extranjero. “Es un orgullo de mis hijos y mío ayudar a la masificación del uso de la ropa de huaso en Chile. Buena parte de lo que uno ve en las noticias, el vestuario que uno ve ahí, en un porcentaje superior al 50% es ropa nuestra”, apuntó Manuel Catrón.
Los desafíos que enfrenta el comercio hoy
De acuerdo a cifras del Banco Central, en su último Informe de Política Monetaria, el PIB tendencial de nuestro país no superará el 2% entre 2025 y 2034. En este escenario, Manuel Catrón considera que el principal desafío al que se enfrentan los comerciantes es que el mundo político no ha entendido la importancia de la actividad empresarial para el país. “El comercio crece y prospera cuando tenemos una población que crece y prospera, porque la población nos compra a nosotros. Ahora, si esa población no lo hace, evidentemente se producen las quiebras, el abandono y el cierre de los establecimientos comerciales. Lo más importante para nosotros es incentivar que el mundo político entienda esto”, declaró.
Sin embargo, el dueño de Catrón Huaso se muestra optimista sobre el futuro y confía en que el país puede retomar el rumbo. “Chile ha demostrado que puede hacerlo mejor y por todos los medios tenemos que lograr que eso se vuelva a repetir, despertar el optimismo en las personas, tratar de borrar lo malo que se ha hecho y presentar proyectos que sean interesantes, para ir cambiando la visualización del horizonte”, agregó.
Catrón Huaso, socios de Sideco desde el primer día
El padre de Manuel, Manuel Catrón Cortina, fue uno de los socios fundadores de Sideco. Por su parte, Manuel comenzó a participar del gremio cuando empezó a trabajar con su padre en 1964, pero fue en la década de los setenta que se integró de lleno en la actividad gremial, cuando fue elegido presidente de un comité de comerciantes de barrio de las calles San Diego, Franklin y San Ignacio.
En la década del 80, fue elegido presidente de Sideco y estuvo ahí durante seis años. Más tarde, durante la década del 90 fue elegido nuevamente presidente, cumpliendo este rol por otros seis años más. Actualmente forma parte del directorio pero con un bajo perfil. “No es conveniente eternizarse, sobre todo en este tipo de organizaciones. Las generaciones más jóvenes necesitan espacio, necesitan moverse solas”, subrayó.
Para Manuel Catrón formar parte de Sideco y de la actividad gremial es fundamental, y señala que dada la complejidad de las leyes y el contexto económico, la defensa de los intereses del comercio no se puede realizar en solitario. “Una persona sola, detrás del mostrador, no hace absolutamente nada, la mejor defensa de nuestra actividad está al otro lado del mostrador. Lo que es la defensa de los intereses, el estudio de las leyes, el reclamo ante las autoridades, el hacerse presente ante la legislación que nos afecta, opinar sobre ella, discutirla, eso no lo logras si no tienes una estructura en la cual basarte”, apuntó.
El dueño de Catrón Huaso considera que no aprovechar la oportunidad de tener estructuras gremiales y participar de ellas atenta contra los propios intereses de los comerciantes y su actividad. “La voz de una federación gremial como esta, evidentemente es mucho más escuchada que la de una sóla persona. Nosotros deberíamos tratar de despertar por todos los medios la inquietud gremial y hacernos fuertes con otras asociaciones gremiales, está en nuestro derecho hacerlo y en nuestra conveniencia”, finalizó.